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84, Charing Cross Road – Helene Hanff

84, Charing Cross Road es la dirección de Marks & Co, una librería londinense especializada en libros difíciles de conseguir. Helene Hanff, una escritora americana les escribe para encargarles algunos títulos y así empieza una correspondencia que se extenderá a lo largo de veinte años.

Al principio las cartas son estrictamente comerciales, pero cuando Helene se entera de que en Londres hay racionamiento, comienza a enviar paquetes de comida a la librería. A partir de ese momento, varios empleados de Marks & Co. empiezan a cartearse con ella, y poco a poco se van entablando relaciones de verdadera amistad.

Así es como conocemos a los personajes y podemos seguir el progreso de sus vidas.

Me ha gustado mucho el contraste entre la flema británica de Frank, el librero, y Helene, la americana excéntrica con un sentido del humor un poco particular. Pero también se notan las diferencias en otros aspectos.

Por ejemplo, en una carta fechada en 1951, otra americana, amiga de Helene, escribe lo siguiente:

«Excuso decir que si yo me encontrara en la situación de los ingleses, me sentiría muy quejosa de nuestra actitud hacia ellos; pero aquí se portan maravillosamente con nosotros y nos invitan a sus casas y a todos sus clubes».

A medida que avanza el libro, nos enteramos de los éxitos y fracasos de Helene como escritora y guionista, pero también de cambios políticos y sociales que se van produciendo en Londres.

El tema central de 84, Charing Cross Road es la literatura.

El empeño de Helene en encontrar ejemplares descatalogados siempre se acompaña de una explicación de por qué ese libro es importante, o de lo que le hizo sentir. Por otra parte, también hay títulos que salen mal parados y a los que critica severamente. En cuanto a su actitud hacia los libros en sí, como objeto físico, a veces me resulta sorprendente. Pero cuando más me gusta es cuando hace reflexiones como esta:

«Me encantan esos libros de segunda mano que se abren por aquella página que su anterior propietario leía más a menudo. El día en que me llegó el ejemplar de Hazlitt, se abrió por una página en la que leí: “detesto leer libros nuevos.” Saludé como a un camarada a quienquiera que lo hubiera poseído antes que yo». 

En esta obra hay abundantes referencias a títulos y autores que no conozco.

Yo he leído mucho, pero tras acabar 84, Charing Cross Road me siento como si fuera absolutamente ignorante. Mi lista de lecturas pendientes ha crecido considerablemente tras esta lectura, porque Helene habla con tal pasión de algunos títulos que enseguida te contagia su entusiasmo. En eso me recuerda a El amor de mi vida, de Rosa Montero.

84, Charing Cross Road me ha dejado una sensación muy triste al acabarlo.

Hasta que llegué a las dos últimas cartas me estaba encantando. Había devorado el libro de una sentada, en poco más de una hora, y tenía una sonrisa de oreja a oreja. Y de repente… vaya golpe.

Helene recibe una noticia muy triste, que a mí también me apenó mucho. Porque este libro no es una novela, sino un intercambio de cartas que se produjo en la vida real. Frank, Helene y todos los demás no son personajes, sino personas reales. Y, por si fuera poco, tras la última carta hay un Post Scriptum, cuyo final acabó de romperme el corazón.

Yo llegué a esta historia tras ver y leer muchas reseñas positivas.

Mis expectativas estaban muy altas, y tenía un poco de miedo de que me decepcionara. Por eso prefiero ser sincera y deciros también lo que no me ha gustado.

Entiendo que no era posible incluir en este libro la correspondencia completa de veinte años, pero en algunos momentos creo que la selección no ha sido la más adecuada. Lo digo porque a veces no hay ninguna relación entre una carta y la siguiente.

También hay personajes muy secundarios que aparecen dos o tres veces, y después no se vuelven a mencionar. Yo hubiera preferido que no los incluyeran, porque al final me he quedado con ganas de saber más de ellos.

84, Charing Cross Road me ha gustado mucho.

Disfruté leyendo cómo Helene se alegra cuando recibe un libro nuevo. Me parece muy bonito cómo lo acaricia, lo trata como un amigo, habla con él y de él. También me he sentido muy identificada con ella, cuando se indigna por una mala edición, o por cómo alguien ha maltratado algún ejemplar.

Sus anécdotas lectoras, su humor y su ironía han hecho que la lectura sea muy amena. Sin duda, 84, Charing Cross Road me parece un libro totalmente recomendable.

¿Qué opináis vosotros? ¿ Lo habéis leído? ¿Os apetece darle una oportunidad? Espero vuestros comentarios.

Por hoy me despido, nos leemos la próxima semana con otra reseña. Hasta entonces ¡disfrutad de la lectura!

 

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4 comentarios

  1. Flecha-literaria Flecha-literaria

    Me ha hecho mucha ilusión vuestro comentario, gracias de corazón. Elegí el fragmento en el que Helene abre el libro de segunda mano porque al leerlo sentí una emoción especial, me sentí como parte de una hermandad secreta, la de los verdaderos amantes de la literatura, a veces incomprendidos, pero que siempre acabamos reconociéndonos entre nosotros. Acerca de la diferencia entre EEUU y Gran Bretaña no puedo opinar, porque no conozco bien ninguno de los dos países, pero me resultó interesante, porque al fin y al cabo en origen estaban muy unidos. Por eso es sorprendente ver que han evolucionado de una forma tan diferente.
    Muchísimas gracias de verdad por leerme, y más por comentar.

  2. Flecha-literaria Flecha-literaria

    Gracias por tu comentario. Sí que es muy recomendable, porque es entrañable, tiene momentos de humor y además aumenta la lista de libros por leer.

  3. Patricia Sánchez Hernández Patricia Sánchez Hernández

    Me parece que debe ser una lectura fascinante… una pena el final triste, pero si a pesar de él te parece recomendable debe ser un libro para no dejar escapar. ¡Gracias por reseñarlo!

  4. La Ferdinandea La Ferdinandea

    Nosotros no nos hemos leído este libro. Sí que habíamos oído muchísimo hablar de él, y que decían que era toda una maravilla. Un artículo muy bien conseguido para que nos pique la curiosidad y acabarlo metiendo en la cesta de la compra, pero sobretodo me han gustado dos puntos que me he sentido más identificada. Uno de cuando hablas sobre la diferencia que se nota en las cartas entre británicos y americanos. Yo he visitado los dos lugares, y la verdad es que aunque estemos en el siglo XXI, y en la globalización, ni por un asomo se parecen, pero e ahí la cuestión, las diferencias nos enriquecen. Y el segundo punto en cuando describes como Helene se alegra de recibir los libros y que se abran por la página que más ha leído el anterior propietario. Me ha encantado, porque por mucho que vayamos a nuestras librerías favoritas y nos encante la olor a libro nuevo, el hecho de encontrar el libro que quieres y de segunda mano, es una sensación inexplicable. Solo podemos entendernos entre los amantes de la literatura. Un saludo y esperando el siguiente artículo.

Los comentarios están cerrados.