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El hobbit – J. R. R. Tolkien

El hobbit es una historia de aventuras, con mucha acción, humor y sorpresas. Pero no es solo eso; tanto el libro como su protagonista esconden mucho más de lo que se ve en la superficie.

La trama parece simple: Un grupo de enanos recluta a Bilbo Bolsón para que les ayude a recuperar su hogar y su tesoro, que un dragón les robó hace mucho tiempo. Aunque el viaje está lleno de peligros y emociones, al final logran llegar a su destino. Y allí descubren que su verdadero enemigo no es el dragón, sino su propia codicia.

El hobbit es un cuento infantil, con el que Tolkien intentaba transmitir a sus hijos enseñanzas importantes. Por eso toca muchos temas fundamentales. 

Uno de ellos es que cada persona, por muy insignificante que parezca, tiene la capacidad de cambiar el mundo. Por eso el protagonista de esta historia es precisamente un hobbit; es decir, pertenece a una raza pequeña y cobarde, a la que casi nadie toma en serio.

 

El viaje, tanto en sentido literal como metafórico, es un elemento muy importante de esta obra. Me gusta mucho el crecimiento de Bilbo, que no descubre quién es y de lo que es capaz hasta que no se atreve a salir de su zona de confort. Es emocionante leer cómo va creciendo y madurando un poco más con cada conflicto.

En El hobbit también está muy presente el amor por la naturaleza. Siempre es un animal el que aporta la solución en los momentos clave.

Tolkien luchó en la Primera Guerra Mundial, y  esa experiencia se refleja en su obra. El Hobbit incluye escenas de batalla bastante crudas, y las consecuencias de la guerra están retratadas con mucha claridad:

«Gentes que habían escapado ilesas de la destrucción de la ciudad, enfermaron aquella noche por la humedad y el frío y la pena, y poco después murieron; y en los días siguientes hubo mucha enfermedad y gran hambre».

La política también juega un papel importante en esta aventura. El autor critica la corrupción, y resalta la importancia de la diplomacia en las relaciones con los vecinos para poder vivir en paz. 

Para mí, los momentos más bonitos del libro son los que hablan del perdón y la verdadera amistad. Lo que parece una traición puede ser la única manera de salvar a tu amigo de sí mismo. Me gusta muchísimo cómo Tolkien trata este tema.

Hay bastantes personajes en esta historia. 

Por eso Tolkien, en vez de profundizar en la personalidad de cada uno de ellos, prefiere describir las peculiaridades de su raza, y darnos algunas pinceladas de información sobre su historia y costumbres.

El caso más claro es el de los enanos. El autor menciona los nombres de los trece compañeros de Bilbo, pero en realidad solo conocemos a fondo el carácter y la forma de pensar de Thorin. De los demás descubrimos  solamente algún detalle curioso o divertido en momentos puntuales del viaje.

Hay algunas excepciones, en el caso de personajes especialmente importantes para la trama:

Gollum es una criatura tan extraña e inquietante que resulta inolvidable, aunque solamente aparece en un capítulo. La escena de las adivinanzas entre él y Bilbo es espectacular, una de las mejores de la novela.

Beorn es mi secundario favorito, porque representa todo el poder de la naturaleza, para lo bueno y para lo malo.

Smaug, el dragón, tiene mucho carisma, y su conversación con Bilbo es uno de los momentos más divertidos del libro. Me gusta cómo consigue sembrar la duda en el lector, y me da pena que sea un personaje tan desaprovechado. Su aparición es demasiado breve, yo le hubiera dado más páginas.

Gandalf el mago me gusta sobre todo porque, a pesar de su poder, es muy humano: comete errores, a veces necesita ayuda y en muchos momentos siente miedo. 

Bilbo es el único personaje que experimenta una profunda evolución psicológica, muy bien estudiada para que resulte creíble y coherente en todo momento. Y, aunque parezca extraño, en este caso funciona. La historia está equilibrada, y desarrollar más a los personajes secundarios solo la complicaría innecesariamente, sin aportar nada a la trama.

Como curiosidad, estos elfos y enanos son muy distintos de los de El señor de los anillos, a mí me sorprendió la diferencia.

Hablemos de la técnica literaria de Tolkien. 

Algunas de sus decisiones creativas me decepcionaron.

Por ejemplo, no somos testigos de la gran batalla final, sino que nos enteramos de lo que sucedió cuando alguien se lo cuenta a Bilbo, días después de que acabe la guerra. Tampoco me gusta cómo se cierra la trama de Smaug, ese final me parece precipitado y muy insatisfactorio.

Por otra parte, creo que hay demasiadas canciones. Sé que esta es una opinión muy subjetiva, pero la verdad es que a mí me resultaron tan aburridas que las últimas ni siquiera las leí.

A pesar de estos detalles, no cabe duda de que este escritor era un genio.

Hay momentos en los que el narrador rompe la cuarta pared y se dirige directamente al lector, o anticipa algo que va a suceder. Estos recursos están utilizado sabiamente, sin abusar y siempre en el momento oportuno.

Muchos finales de capítulo son puro suspense y tensión:

«Habían escapado de las mazmorras del rey, pero si vivos o muertos, todavía estaba por verse».

Tolkien crea un mundo increíblemente complejo.

Describe una amplia variedad de paisajes, criaturas y razas. Inventa leyendas, armas mitológicas, idiomas, rivalidades y alianzas…; en definitiva, queda claro que hay una larga historia detrás de cada personaje y lugar. Sin embargo, las descripciones no son tan exhaustivas como en sus otras obras. En El Hobbit se intuye más de lo que se explica.

También hay mucho humor en esta historia. Me gusta sobre todo el que se basa en jugar con las expectativas de los personajes:

«Se palpó las ropas buscando la pipa. No estaba rota, y eso era algo. Buscó luego la petaca, y había algún tabaco, lo que ya era algo más, y luego buscó las cerillas, y no encontró ninguna, y esto lo desanimó por completo».

En definitiva, El Hobbit es una historia tierna, profunda y emocionante que me ha gustado mucho más de lo que esperaba. Os la recomiendo.

Si os apetece darle una oportunidad, os invito a leer toda la información adicional y a pasar un rato divertido con los memes sobre este libro en este enlace. Los organizadores de Macondo Club Literario hacen un trabajo increíble, y les doy las gracias por animarme a descubrir grandes lecturas que sin ellos me habría perdido.

¿Qué opináis vosotros? ¿Habéis leído esta historia? ¿Os apetece descubrirla? Espero vuestros comentarios.

Por hoy me despido con un abrazo para todos. ¡Leed mucho!

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