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La muerte en Venecia – Thomas Mann

La muerte en Venecia es una novela para degustar con calma. El estilo y el lenguaje que utiliza el autor son muy cultos y refinados, cada frase es un homenaje a la belleza de las palabras.

La historia se centra en las reflexiones y los sentimientos del protagonista.

Gustav Aschenbach es un escritor ya maduro, que ha consagrado todo su tiempo, sus fuerzas y su vida al Arte.

Ya es rico y famoso, los críticos alaban su obra, pero él sigue trabajando. Quiere conseguir la perfección, y para ello se somete a una disciplina insoportable. Pero su salud es frágil, y él está agotado; así que llega un momento en que tiene que tomarse unas vacaciones.

Gustav viaja a Venecia para descansar y recuperarse.

Desde que pisa esa ciudad, algo cambia dentro de él. Su personalidad racional y lógica empieza a ceder ante las emociones, la intuición y lo inexplicable.

Los lectores percibimos el cambio como el anuncio de que algo va a pasar. No sabemos cómo ni por qué, pero estamos seguros de que la vida de Aschenbach está a punto de cambiar para siempre.

La muerte en Venecia habla del Arte y la Belleza, de lo bueno y lo malo que pueden provocar.

Al leerla, pasamos de la sublime serenidad de los canales y la plaza de San Marcos, a la absoluta demencia y humillación de una persona bajo el influjo de un ideal inalcanzable.

Gustav conoce a un niño físicamente perfecto.

Escribe sobre él, intenta describirlo y nunca lo consigue. Su obsesión va creciendo en cada capítulo, hasta transformarse en algo siniestro y enfermizo.

Aschenbach no adora al niño, sino al ideal de belleza que él encarna. Lo que le trastorna no es la persona, sino las reflexiones que su visión le provoca: imagina diálogos griegos sobre la poesía; duda sobre los principios artísticos que han regido su obra; se desespera por no poder captar en palabras lo que ve y lo que siente.

«… nuestros esfuerzos se dirigen tan solo a la belleza; es decir, a la sencillez, a la grandeza y a la nueva disciplina; pero inocencia y forma conducen a la embriaguez y al deseo, dirigen quizás al espíritu noble hacia el espantoso delito del sentimiento que condena como infame su propia severidad estética; lo llevan al abismo».

La muerte en Venecia habla también de lo miserables que podemos llegar a ser los seres humanos.

Algunos por puro afán de dinero, otros por amor, otros por lealtad, en esta novela se cometen crímenes imperdonables que sin embargo todos podemos entender. Porque no dejan de ser un reflejo de lo que todos llevamos dentro.

En la ciudad se declara una epidemia mortal, y el gobierno trata de encubrirla, para evitar que los turistas se vayan. El interés económico les importa más que las vidas que se van a perder. Los pocos que saben la verdad tienen que decidir qué hacer con ella: ¿avisarán a sus conocidos para que se pongan a salvo, o fingirán que no pasa nada? Aschenbach se enfrenta a ese dilema, y sus reflexiones al respecto son escalofriantes.

La muerte en Venecia no es una lectura fácil.

Su vocabulario y su estructura pueden parecer complejos al lector que no acostumbra a leer clásicos.

Sin embargo, yo he disfrutado muchísimo de esa estructura barroca de frases largas, vocabulario cuidado y reflexiones profundas. De vez en cuando me gusta leer algo que me obligue a bajar el ritmo, a centrarme y concentrarme.

La historia en sí también me ha cautivado.

Leer cómo cambia la personalidad del protagonista es fascinante. Al final de la novela parece una persona totalmente diferente al Gustav Aschenbach que conocimos en las primeras páginas.

Esto, junto con las bellísimas descripciones de Venecia y del mar convierten a La muerte en Venecia en uno de esos clásicos de los que tanto disfruto.

¿Qué opináis vosotros? ¿Habéis leído esta novela? ¿Os apetece darle una oportunidad? Espero vuestros comentarios.

Por hoy me despido con un cariñoso saludo a todos. Hasta la próxima reseña, seguid disfrutando de la lectura.

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2 comentarios

  1. Flecha-literaria Flecha-literaria

    Hola Oscar, me alegro mucho de que te haya gustado mi reseña. No he leído José y sus hermanos, pero la buscaré. Muchas gracias por tu sugerencia y por el comentario.

  2. Qué genial tu reflexión. Me parece que volveré a leer la novela. Otra que me axonsejaron es José y sus hermanos o algo semejante.

Los comentarios están cerrados.