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Libro de poemas (1921) – Federico García Lorca

Lorca es uno de esos escritores que me gustaría conocer en profundidad. Por eso, me he propuesto leer poco a poco todas sus obras, unas cuantas cada año, intercalándolas con otros autores y géneros.

Como su poesía es lo que menos conozco, he empezado con su primer Libro de poemas, que en mi edición de Kindle viene con el subtítulo «A mi hermano Paquito».

Esperaba encontrar una obra menor, centrada en temas como el amor y el paisaje, sin ninguna genialidad.

Sí es cierto que muchos de estos poemas me han aburrido, no os voy a mentir. Abundan los chopos, ríos, cipreses, y algunas metáforas que me han resultado demasiado obvias.

Pero en este libro ya está presente la semilla del genio. Hay versos que realmente me han impactado, emocionado y hecho reflexionar.

Uno de los poemas que me ha roto los esquemas es Los encuentros de un caracol aventurero, fechado en diciembre de 1918. Es un texto muy largo, que habla de la fe, el miedo, la ignorancia y el valor. Para mí, es como el mito de la caverna de Platón, hay un fragmento en el que me lo recuerda muchísimo.

En este Libro de poemas ya aparecen los temas más habituales en la obra de Lorca.

Uno de ellos es la pasión.

Aquí incluyo tanto el amor como el desamor. Hay versos sobre la belleza del ser amado, pero en otros el poeta lamenta que se haya apagado la llama. Eso sucede, por ejemplo, en Si mis manos pudieran deshojar, poema del 10 de noviembre de 1919.

«Y yo me siento hueco

de pasión y de música. 

Yo pronuncio tu nombre, 

en esta noche oscura, 

y tu nombre me suena

más lejano que nunca». 

El ejemplo que más me ha gustado es Corazón nuevo, de junio de 1918. Es tan precioso, que no puedo elegir ningún fragmento. Os recomiendo que lo busquéis y lo leáis entero.

Dios está muy presente en este libro.

Hay versos en los que alguien reza; también se menciona a una virgen a la que llevan en procesión. En esos poemas Lorca parece tener fe y ser creyente.

Pero hay otras obras en las que acusa a Dios, yo diría que hasta lo rechaza. Me sorprendió mucho este fragmento, que corresponde al poema Canción para la luna, fechado en agosto de 1920.

«Jehová acostumbra

sembrar su finca

con ojos muertos

y cabecitas

de sus contrarias

milicias. 

Por eso luna

vas protestando 

del gran abuso

la tiranía

de ese Jehová

que os encamina

por una senda, 

¡siempre la misma!

mientras él goza

en compañía

de Doña Muerte, 

que es su querida». 

La muerte es un tema omnipresente, tanto en la poesía como en el teatro de Lorca. 

En este libro hay algunos ejemplos muy bellos. Por ejemplo, el poema Noviembre, fechado en noviembre de 1920, incluye estos versos que me han gustado mucho:

«Los verdes cipreses

guardaban su alma

arrugada por el viento, 

y las palabras como guadañas

segaban almas de flores». 

Este libro incluye también poemas que, sin interesarme especialmente el tema, me han gustado por su belleza estética.

Un buen ejemplo es El lagarto viejo, fechado el 26 de julio de 1920. No es de los mejores, pero me ha parecido interesante y original.

Aunque estoy segura de que los poemas posteriores tendrán más calidad, creo que estos también son muy recomendables. No todos, por supuesto. Pero, en general, he disfrutado con esta lectura.

Por si os apetece leer algo más sobre la obra de Lorca, os dejo mi reseña de Bodas de sangre, uno de sus mejores textos para teatro.

¿Qué opináis vosotros? A los que habéis leído este libro, ¿os ha gustado? ¿Tenéis algún poema favorito entre los que se incluyen aquí? A los que no lo habéis leído, ¿os apetece darle una oportunidad? Espero vuestros comentarios.

Por hoy me despido, nos leemos pronto con otra reseña. Hasta entonces, disfrutad de la lectura.

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2 comentarios

  1. Flecha-literaria Flecha-literaria

    Muchísimas gracias, espero que si te animes a leer a Lorca disfrutes tanto como yo. Un saludo.

  2. Pao Pao

    He querido leer a Lorca desde hace tiempo, creo que ya es tiempo de leerlo de una vez.
    Magnífico el post.💙

Los comentarios están cerrados.