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Moby Dick, novela gráfica – Chabouté

Moby Dick describe la vida a bordo de un ballenero en el siglo diecinueve. El eje central de la historia es la obsesión del capitán Ahab por perseguir y matar a Moby Dick, la ballena blanca, que años atrás le había arrancado una pierna. Ahab jura vengarse y en su obsesión cae en la locura, a la que arrastra a toda su tripulación en un viaje infernal, condenado antes de empezar.

Yo no suelo leer novelas gráficas, pero cuando me encontré con esta adaptación no me pude resistir.

Moby Dick es una de mis novelas imprescindibles, y uno de esos clásicos que siempre recomiendo.

Moby-Dick

Pero hoy no quiero hablar de la novela, sino de este cómic que me ha sorprendido muy positivamente. Creo que capta muy bien la esencia de la novela original, el ambiente de locura in crescendo, y es muy fiel a la historia.

Las ilustraciones son todas en blanco y negro, lo que me parece un acierto.

Aquí os muestro un ejemplo:

He elegido la escena de la misa en la capilla de Nantucket, antes de que Ismael embarque, porque ejemplifica todo lo que me gusta de esta novela gráfica. En casi todas las viñetas están presentes las lápidas en memoria de algún marinero muerto durante la pesca de ballenas. Y el discurso del predicador incluye lo más importante de la misa relatada en la novela. Obviamente, no es posible reproducir todo el texto original, pero creo que Chabouté ha hecho un buen trabajo seleccionando las frases clave.

Moby-1

Otra escena que quiero destacar es la de la primera cacería de ballenas en la que participa Ismael.

Me parece impresionante cómo está dibujado el movimiento del mar y la ballena, las gaviotas y los juegos de luces y sombras. El autor se vale del contraste entre imágenes donde predomina el color negro y otras donde predomina el blanco para dar más dramatismo al momento en que salpica la sangre. Hay planos lejanos que dan la sensación al lector de estar viendo cómo se acerca la barca, hay planos medios donde ves tanto la barca como la ballena, y unos primeros planos maravillosos de la cara del arponero a punto de clavar la lanza, donde se refleja toda la tensión de la escena.

«Y el buque se convirtió en una especie de matadero, y cada marinero en matarife. Parecía que ofrendábamos a los dioses del mar el sacrificio de diez mil bueyes rojos. Fletado de salvajes, cargado de fuego, quemando un cadáver y adentrándose en las tinieblas, el Pequod parecía la materialización de la locura obstinada de su capitán».

Me ha gustado muchísimo cómo está dibujado el capitán Ahab, la gran gama de expresiones faciales que muestra, reflejando a la perfección lo que siente en cada momento. También me he llevado una grata sorpresa con la representación de Fedallah,

Sin duda, las ilustraciones están muy cuidadas. Pero también lo está el texto.

Todos los episodios clave están representados. Por supuesto, el eje central es el deterioro de Ahab a medida que lo domina la locura. Pero también vemos la forja del arpón templado con sangre, el encuentro con el Rachel o  el ataúd de Queequeg, entre otros momentos importantes. Y en una maravillosa escena sin palabras se refleja el momento en el que Starbuck tiene en sus manos la vida de Ahab, con todo su exquisito dramatismo reflejado únicamente con imágenes. En este caso, sin duda, una imagen vale más que mil palabras.

Por supuesto, no todo es bueno.

Como en toda adaptación, siempre se pierde algo del original. He echado muchísimo de menos algunas escenas que disfruto especialmente cada vez que releo esta novela: la descripción de las comidas en el camarote; el espeluznante capítulo sobre el color blanco y por qué es tan terrorífico; las biografías de Tashtego y Dagoo, o la imagen final de Tash con el martillo y la bandera ondeando mientras el barco se hunde. Tampoco me ha gustado que «Llamadme Ismael» sea la última frase de esta novela gráfica, en vez de la frase inicial.

Herman-Melville

Sin embargo, entiendo que en una adaptación a un formato tan diferente no es posible incluir toda la novela original, palabra por palabra. Y me gusta que exista la opción de vivir y conocer esta maravillosa historia de una forma más directa y visual. Por desgracia, hay muchísimos jóvenes que nunca querrán leer Moby Dick, pero tal vez sí se interesen por esta adaptación. Al fin y al cabo, lo importante es que la esencia de la historia, la emoción y el inmenso placer que produce esta lectura no se pierdan. Y os aseguro que en esta adaptación los tres se mantienen.

¿Qué os parece esta propuesta? ¿La habéis leído? ¿Os interesa? Espero vuestros comentarios.

Por hoy me despido con un beso para todos. ¡Hasta pronto!

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