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Todas las hadas del reino – Laura Gallego

Todas las hadas del reino transforma los cuentos de hadas tradicionales en algo moderno y original. Tiene intriga, tensión, mucha emoción y sorpresas. No faltan las reflexiones interesantes, hay incluso algún debate moral, pero todo está incluido en la narración de forma totalmente natural. Porque esta novela es una lectura muy amena y ligera.

La historia se centra en Camelia, un hada madrina que tiene que proteger a varios humanos desagradecidos, que no valoran todo lo que hace por ellos. Ella lo sobrelleva con paciencia porque realmente quiere ayudarles, siente que la necesitan. Hasta que un día algo se rompe en su interior. Desde ese momento el tono de la historia cambia, se vuelve oscuro, tenebroso, y muy inquietante. Hasta llegar a un final brutal, en todos los sentidos.

Esta novela trata temas universales que nos interesan a todas las edades.

Habla, por ejemplo, del amor.

No solamente del amor romántico, por el que se hacen grandes gestas y sacrificios. También del amor de unos padres por su hija, o del hada por sus protegidos. Lo más interesante es que se muestra también el lado menos amable: el de la sobreprotección, que puede llegar a ser cruel, o el del despecho cuando el amor no es correspondido.

Esta también es una historia de venganza.

Es impresionante la forma en que ese sentimiento corroe y transforma a los personajes que lo sienten. Son párrafos muy bien escritos, que transmiten mucha emoción.

Además, me gusta cómo la autora refleja sus consecuencias. Porque una venganza no afecta solamente a los implicados, sino a todo su entorno. Y si se trata de personas con poder, todos sus súbditos sufrirán por culpa de una rencilla personal.

El poder y la responsabilidad son temas fundamentales en Todas las hadas del reino.

Se plantea un debate moral realmente interesante. Hay un momento en el que uno de los protegidos de Camelia decide participar en una lucha que sabe que no puede ganar. Es prácticamente un suicidio. Ella podría salvarlo con su magia, pero él se lo prohíbe expresamente. ¿Debería ella salvarle la vida, aunque si lo hace él la odiará para siempre y no se lo perdonará jamás? ¿O debería respetar su decisión y aceptar que él es dueño de su vida y puede hacer lo que quiera con ella?

Esta historia habla también de la amistad, del valor, de la importancia de los pactos, del clasismo y de la discriminación.

A mí me ha interesado especialmente este fragmento:

«Si te casas con él ya no tendrás derecho a decidir sobre el futuro de tus súbditos. Serás una reina consorte, cuando podrías ser soberana por derecho propio».

Todas las hadas del reino incluye muchas escenas que nos remiten claramente a cuentos de hadas clásicos.

Por nombrar solo algunos ejemplos, hay momentos de La Cenicienta, Caperucita Roja o Hansel y Gretel. Pero están narrados desde un punto de vista tan original, que parecen una historia totalmente diferente a la que conocemos. Especialmente en lo que concierne a las brujas malvadas, que en esta novela tienen un origen realmente sorprendente.

En este libro la trama, que es de por sí muy interesante, está además cuidadosamente diseñada.

Me gusta cómo al principio se utilizan los diálogos para insinuar algo que no se explica claramente, creando así mucha curiosidad al lector. Hay bastantes giros sorprendentes en esta novela, pero todo está muy bien hilado. La transición de un cuento a otro se hace a través de la historia de Camelia, y todo encaja perfectamente.

Otro elemento a destacar es la ambigüedad de uno de los personajes, que traiciona, pero también hace cosas buenas, y es desconcertante hasta la última página.

El final también me gustó, porque es coherente. Pero sería mejor si estuviera explicado más en profundidad. Sé qué pasó, y por qué. Pero me quedé con ganas de saber más detalles.

Todas las hadas del reino me ha gustado tanto que me cuesta encontrarle defectos.

Creo que los personajes son un punto débil de esta historia. Los protagonistas sí que están muy bien definidos, son moralmente complejos, con una evolución excelente y además muy creíble.

Pero en los secundarios (las hadas madrinas que se reúnen cada siete años) hay demasiado estereotipo para mi gusto.

Por otra parte, el personaje de Rosaura experimenta una evolución sorprendente, que no está bien explicada. Sí, sabemos que tiene un maestro, por lo que podemos suponer que cambia gracias a sus enseñanzas. Pero me hubiera gustado leerlo, no solamente suponerlo.

Por lo demás, Todas las hadas del reino es una novela excelente.

No solo por los temas que trata, sino también por la gran emoción que transmite. A mí, al menos, consiguió atraparme en su atmósfera mágica y hacerme sentir lo que estaba leyendo.

Hay escenas llenas de trascendencia, como el juramento de las hadas, que me pusieron un nudo en la garganta. Lo mismo pasa con el funeral, o con los gritos de la madre en el bautizo de Felicia. He vibrado con las escenas de acción, he sentido inquietud en las de terror. También me he puesto triste cuando a alguien le rompen el corazón. Porque la prosa de Laura Gallego es capaz de arrastrarte y provocar auténtica emoción en los lectores. Y la calidad literaria del texto es innegable. De hecho, en las escenas de miedo me recordaba un poco lo que sentí al leer Las brujas de Roald Dahl.

En resumen, Todas las hadas del reino es una de esas novelas que cerré con una sonrisa de satisfacción. Una lectura que me ha hecho disfrutar muchísimo, un mundo al que querré volver, porque estoy segura de que este libro volveré a leerlo dentro de unos años.

¿Qué opináis vosotros? ¿Habéis leído esta historia? ¿Os apetece darle una oportunidad?

Por hoy me despido hasta la próxima entrada. ¡Leed mucho!

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