Cada noche, cada noche es la historia de Dolores Schiller, hija de la famosísima Lolita, el personaje creado por Vladimir Nabokov.
La premisa de esta novela es muy atrayente.
Dolores no conoce a su madre, que murió al darla a luz. Su padre nunca la menciona, y Dolores busca consuelo a su soledad en la literatura. Cuando cumple veinte años tiene acceso por fin a los diarios que escribió su madre, y enseguida se da cuenta de que en ellos se cuentan los mismos sucesos que en la novela de Nabokov.
Esta certeza se transforma en una obsesión.
Tras muchos años y muchas pesquisas, Dolores consigue por fin localizar a Humbert Humbert.
Durante una semana se entrevistarán cada tarde, y ella nunca podrá olvidar las palabras del monstruo que destrozó la vida de Lolita. Por eso ahora, cuando la propia Dolores está a punto de morir, decide escribir estas memorias. Con ellas quiere reivindicar la figura de su madre, tan malinterpretada y maltratada, tanto en la vida como en la literatura.
Cada noche, cada noche no se centra únicamente en Lolita.
Esta novela está llena de reflexiones profundas, por ejemplo:
«Y la soledad que experimento ante la muerte no es soledad común. Nunca jamás el cuerpo ha significado un límite, como cuando la enfermedad hace acto de presencia. Afuera, lejos, están los otros. Dentro de mí crece la muerte, y no puedo hacer absolutamente nada para desprenderme de ella».
Las consideraciones de la protagonista sobre la frialdad de algunos médicos y el derecho a morir con dignidad me parecen muy necesarias. Me alegro de que la autora haya incluido estas escenas, y más aún por la forma tan bella en que las narra.
Dolores tiene también su propia historia que contar, y merece la pena leerla.
Esta mujer extraña, absolutamente incapaz de sentir deseo sexual, ve el mundo con un enfoque poco común. Habla del amor, la amistad y la sociedad de una forma realmente interesante. La literatura sigue siendo el centro de su vida:
«Yo aspiraba a acariciar lo absoluto, a definir lo literario total, sin retórica, la esencia de la belleza escrita… El mundo perseguía la materia, y yo el absoluto».
Cada noche, cada noche está construida a base de saltos temporales.
El relato lo escribe la Dolores del presente, pero también incluye bastantes escenas retrospectivas. Algunas son de su propia infancia, otras de la época en la que conoció a Humbert.
También encontramos fragmentos del diario de Lolita. Esas escenas están escritas con una técnica narrativa excelente. La voz de la Lolita de ocho años es impresionante, y el contraste con la de su hija crea una sensación muy emotiva.
Este libro tiene capítulos crueles.
Cada noche, cada noche llama a las cosas por su nombre. Es decir, habla claramente de violación, esclavitud sexual y violencia.
Dolores revisa el texto de la novela de Nabokov desde la perspectiva actual, centrándose en el papel de la víctima. Hay un capítulo de Cada noche, cada noche dedicado enteramente a analizar lo que opinan los críticos literarios y algunos escritores sobre Lolita. Al leerlo me escandalicé, porque es realmente vergonzoso lo que se ha llegado a decir.
Yo personalmente creo que ambas cosas son compatibles.
Tanto la pederastia como el machismo y la dominación no consentida me parecen absolutamente repugnantes, no entiendo a quien pueda defenderlos.
Sin embargo, si hablamos de una historia de ficción, soy capaz de obviar el aspecto moral. En el caso concreto de Lolita me permito disfrutar de la belleza de la palabra, de lo maravillosamente bien que están construidos los personajes… En fin, creo que es una obra maestra de la literatura.
Cada noche, cada noche, me parece una novela excelente.
La autora demuestra un gran dominio de las voces y la técnica narrativa. Por ejemplo, hay párrafos en los que el estilo recuerda al de Nabokov, y el resultado me gustó mucho.
Lola López Mondéjar ha sido muy valiente al elegir este tema. Pero no recomiendo esta lectura solo por eso. Creo sinceramente que ha hecho un buen trabajo, sobre todo con Humbert Humbert. Esta nueva versión del personaje, como acosador y analista de Nabokov, «El Creador» es fascinante. Sobre todo porque mantiene el espíritu de la novela original y es perfectamente creíble.
También me ha parecido muy profesional el análisis que hace esta escritora de la obra de Nabokov, ya que nos habla de varias novelas suyas, no solamente de Lolita.
¿Qué opináis vosotros? ¿Habéis leído Cada noche, cada noche? ¿Os apetece darle una oportunidad? Espero vuestros comentarios.
Por hoy me despido, nos leemos la próxima semana. Hasta entonces, disfrutad de la lectura.