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Nuevas palabras aceptadas por la RAE

Hola a todos,

acabo de comerme unas almóndigas y un moniato que le robé al vagamundo de la toballa de al lado, asín mismo. Aunque estamos en otubre, me he venido a la playa vestida con mi bluyín a ver a los friquis enseñar el culamen mientras me tomo un güisqui. Espero que no me vea el dotor.
Ale, ya he cogido el sol, me voy a casa a escuchar un poco de música en el cederrón mientras me como una madalena, que ya se me ha hecho tarde y dentro de nada saldrán los murciégalos.

No, no me he vuelto loca.

Y, por una vez, tampoco es culpa del corrector ortográfico. Aunque no lo creáis, el texto del párrafo anterior está correctamente escrito, según la Real Academia de La Lengua Española.

Esas palabras que a cualquier buen lector le hieren la vista, como dotor, almóndigas o toballa, están aceptadas por la RAE. En algunas se aclara que se aceptan como vulgarismo, pero, al fin y al cabo, el resultado es el mismo: Ya no podemos decir que esas aberraciones ortográficas son incorrectas. Ahora tendremos que aceptarlas.

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Por supuesto que las lenguas evolucionan, eso lo entiendo.

También acepto que se incorporen a los diccionarios palabras nuevas. Lo que no me cabe en la cabeza es que, en vez de enseñar a los niños a escribir correctamente, se opte por permitir que cada uno escriba como quiera.

Esta decisión de la RAE me asusta, porque me temo que la tendencia a partir de ahora será permitir que la incultura campe a sus anchas.

Pensadlo un momento. Es mucho más fácil decir «escribe como te apetezca, todo vale», que dedicar tiempo, paciencia y esfuerzo a inculcar a otra persona unas reglas como «Delante de P y B siempre se escribe M».

¿Qué será lo siguiente?

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Hablar y escribir correctamente es importante.

Respetar la lengua implica educación, cultura e instrucción. Todos esos valores son muy positivos. Un pueblo inculto es más fácil de manipular y está más indefenso que un pueblo de personas que leen, se informan, y se educan.

Desde aquí mi solidaridad con todos esos profesores que, en un futuro no muy lejano, recibirán de sus alumnos redacciones con frases como «este palabro se escribe asín», y tendrán que admitirlas como correctas.

Espero que ningún periodista, editor o profesional de la palabra escrita se apunte a esta moda, porque eso sí que sería el principio del fin de nuestra civilización.

Solo me queda decir una cosa para terminar: ¡Manda Uebos!

¿Y vosotros qué opináis? Me encantará leer vuestros comentarios.

Por hoy me despido con un beso para todos.

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