Saltar al contenido

Poemas de convivencia – Percy y Mary Shelley

Poemas de convivencia reúne toda la obra poética de Mary, y los poemas más emblemáticos de Percy Shelley en un mismo libro. La obra resultante es muy bella, porque los dos eran magníficos escritores y supieron expresar con gran sensibilidad sus emociones y reflexiones en estos versos.

Es interesante lo diferentes que eran sus estilos.

Percy Shelley escribe sobre grandes conceptos o ideales. Suele expresarse mediante alegorías o metáforas complejas. Utiliza un lenguaje muy culto, frases largas y en algunas ocasiones me resultó demasiado denso.

Creo que el mejor ejemplo sería El triunfo de la vida, un larguísimo poema épico (consta de 29 páginas). En él aborda temas como la guerra y el sentido de la vida, mezcla visiones celestiales con torturas diabólicas, incluye momentos de dolor y de éxtasis. Realmente me costó seguir el hilo. Sin embargo, estéticamente es un texto precioso, y contiene fragmentos tan profundos como este:

«Su sabiduría no les enseña esto, a conocerse a sí mismos;

su poder no es capaz de contener el misterio mismo, 

y sobre la mañana de la verdad carecen de derechos, 

y una noche profunda les somete cada atardecer».

Mary Shelley trata también temas trascendentales, pero de una forma más directa y asequible. Su poema Oda a la ignorancia es una maravilla. Copio aquí algunos versos que me parecen excelentes.

«Por ti los reyes encierran en sus mazmorras

a la anárquica verdad, a la mente rebelde, 

nunca escaparán al hierro de sus cerrojos, 

así impides en tu reino revoluciones justas. 

¡Salve sin resquicios! ¡Protectora del déspota!

Noche de la mente, cuánto tiempo, cuánto tiempo, 

¡te han alabado blasonada en canciones!»

Me gusta mucho también su poema Fama, en el que critica a la prensa y se permite burlarse un poco de Percy.

La naturaleza está muy presente en estos Poemas de convivencia.

Percy Shelley escribe, en su Oda al viento del oeste:

«¡Oh, levántame como una ola, una hoja, una nube!

¡Caigo sobre las espinas de la vida! ¡Sangro!

Un peso de horas densas encadena y somete

a los que son como tú: indómitos, y veloces, y orgullosos».

Los versos de Mary contienen abundantes referencias al mar, y también al paisaje de Italia, muy presente en sus recuerdos.

En Poemas de convivencia también se habla de amor.

Una vez más, el enfoque de cada autor es diferente.

Para Percy Shelley el amor no suele ser el tema central de su obra. La única excepción la encontramos en Cuando la lámpara se agota:

«Una vez se han mezclado dos corazones

el amor es quien abandona primero el cuidado nido;

el más débil se queda solo

padeciendo lo que una vez poseyó». 

Lo que sí abunda en la obra de este poeta son las emociones y las pasiones intensas. En Himno a la belleza intelectual, encontramos este fragmento.

«¿Por qué el miedo y el sueño y la muerte y el nacimiento

proyectan sobre la luz del día terrenal

tales sombras? ¿Por qué el hombre es tan sensible

al amor y al odio, al desánimo y a la esperanza?»

La obra poética de Mary Shelley sí que gira principalmente en torno al amor.

Sus primeros textos, aunque bellos, me parecieron poco originales. Hablan de la felicidad que se siente cuando te enamoras, o del dolor que provoca la ausencia del ser amado. Lo que más me gusta de ellos es que son explícitos y directos. Agradecí mucho ese contraste con la obra de Percy.

Hay una excepción muy notable, titulada Una escena nocturna.

«No te veo, mi gentilísima Isabel, 

la noche deliciosa ha tejido con su hechizo misterioso

sombras espesas sobre tu rostro, 

y ha dispuesto velos insensibles en el espacio 

para separarnos». 

Este poema realmente me transmitió mucho sentimiento, conecté con él.

Tras la muerte de Percy, los poemas de Mary adquieren profundidad. Son desgarradores, al leerlos puedes sentir el dolor de la autora. Estos versos me emocionaron tanto que no dudo en recomendar su lectura.

Cualquiera que haya perdido a un ser querido conectará con este párrafo de Mientras leía los versos de Wordsworth sobre Peele Castle:

«A menudo lloro en soledad

y derramo muchas lágrimas amargas

mientras incubo inútilmente las alegrías pasadas

y me encoge el miedo por los años venideros».

En mi opinión, el mejor poema de Mary Shelley es el que se titula Mi favorito. En sus versos, la autora se confiesa, habla de su arrepentimiento, recuerda días felices… Es como leer su diario personal. Los fragmentos en los que rememora la enfermedad y muerte de su hijo, el amor que transmite por él y por Percy, y la forma en que se aferra a su memoria me llegaron directos al corazón. Es un poema exquisito:

«¡Nunca más! ¡Nunca más! ¿De qué debería huir?

Mis manos temblorosas no volverán a escribirte, muerte;

tú vives en la naturaleza, amor; mi memoria

te adora con una fe inquebrantable.

Ya no seré más la esposa del tiempo, ahora estoy casada con la Eternidad». 

Este libro incluye algunas cartas muy interesantes.

Se trata de un extracto de la correspondencia que mantenían los dos amantes. Al igual que en su obra, también en sus cartas queda claro los distintas que eran sus personalidades y sus formas de ver la vida.

Me fascinan las descripciones de Percy, ya sean del paisaje o de los viajes en góndola. Y el relato de su encuentro con Lord Byron es todo un lujo. Aunque hay algunos pasajes de sus cartas que me resultaron desagradables, por la forma en la que trata a Mary.

Ella, por su parte, escribe principalmente acerca de sus sentimientos. Pero también habla de la situación económica y de su preocupación por la salud de Percy. La última carta es muy triste, pero gracias a ella descubrí una faceta de Mary que no sospechaba.

Me hubiera gustado leer muchas más cartas de los dos. Ojalá algún día se publique su correspondencia completa, yo la compraría sin dudar.

En resumen, Poemas de convivencia es una obra excelente que recomiendo mucho.

Mary y Percy Shelley fueron dos escritores relevantes, y ahora entiendo por qué. Su obra reúne las características más atractivas del romanticismo (su belleza estética y la intensidad de las pasiones), con una calidad literaria sobresaliente. Los dos eran capaces de componer un texto delicioso partiendo de una anécdota cotidiana.

Pero lo que más me atrae de sus poemas es el espíritu crítico con el que describían al ser humano en general, y a la sociedad de su época en particular. He disfrutado enormemente con su lectura. De hecho, algunos de estos versos me parecen inolvidables.

Por favor, no os perdáis Oda a la ignorancia y Mi favorito, son una maravilla.

¿Qué opináis sobre este libro? ¿Lo habéis leído? ¿Os apetece darle una oportunidad? Espero vuestros comentarios.

Por hoy me despido con un abrazo para todos. ¡Leed mucho!

 

Compártelo