Exilios es el poemario ganador del Premio La Nunca IX, publicado por Ediciones Oblicuas. Me ha parecido sorprendente, no solo por la variedad de temas que trata, sino también porque el poeta muestra diferentes registros y formas de expresarse.
Exilios nos hace pensar en evasión, en huida. Eso es lo único que tienen en común estos poemas.
El tema de la identidad está muy presente en este libro:
«Bostezo ambivalente a través del espejo; sinfonía de siglo fatal, de raza umbría, que musicaliza la agonía de no ser yo mismo, sino ese otro que forma parte de un todo que viaja hacia el olvido».
El poeta refleja nuestra sociedad, el mundo en el que vivimos.
A veces lo consigue mediante metáforas poderosas:
«Somos semillas de las flores del silicio, que se yerguen ufanas junto a bosques de hormigón. Árboles-barrote abonados con los cadáveres de nuestros sueños».
(Me encanta esa frase, «los cadáveres de nuestros sueños», porque me parece un reflejo perfecto de la sociedad actual. )
Otras veces, como en el poema titulado 4000, envía un mensaje directo y claro, un grito que va directo a la conciencia:
«¿Es que nadie lo ve?
4000 personas se quitaron la vida el pasado año y, mientras escribo este poema, solo es una noticia obsoleta en los archivos de un diario.
¿Pero a qué época tan terrible hemos sido arrojados?»
Exilios habla también de la infancia.
En esta sociedad, ni siquiera los niños tienen derecho a conservar su curiosidad, a satisfacer su necesidad de amor:
«Cómo dolían las palabras en tu cabeza, niño; cómo ardían las sílabas escupidas por tus padres, por tus compañeros, por el adoctrinador…»
«Enquistados por la vileza de un ser-mirada rebosante de veneno-que no tuvo don ni vocación, que vomitaba derrotas en una pizarra y escupía desidia a los ojos profanados de sus pupilos, fuimos abandonados, olvidados, condenados a escuchar el grito de las aulas, que desgarra el mundo y que nos dejó la cicatriz de la mentira: herida que volvemos a inventar cada día».
Exilios muestra cómo este mundo nos condena a la soledad.
Ese sentimiento está reflejado de una forma exquisita en El demiurgo insomne, uno de mis poemas favoritos de este libro.
No es extraño, pues, llegar a la conclusión de que no hay esperanza:
«Y es que hay ordenadores, hay móviles, hay televisor.
Pero no hay guerreros.
Ni poetas.
Ni salvación».
Deseamos huir, pero eso es imposible.
¿Por qué? En el poema Volar el propio autor lo explica, con el corazón abierto y la emoción en la piel.
Sergio Chesán demuestra en Exilios que domina todos los registros.
A veces es sumamente críptico:
«Somos el cuásar, amigo: creadores-traductores del código más allá del Agujero…»
Otras veces no duda en emplear la escatología, en producir asco o rechazo:
«Introduje mi hocico en todas y cada una de las letrinas de La Gran Colmena».
En algunos de sus poemas destaca la lírica, la musicalidad, las referencias mitológicas o culturales (como la mención a Ítaca , Teseo, Verlaine o a Federico García Lorca). En otros, la modernidad:
«Ahora sé que soy una secuencia binaria atrapada en un historial de conversación, que soy un conjunto de recuerdos pixelados en la carpeta de archivos a olvidar…»
Pero en Exilios no todo es tristeza y desesperanza.
También hay dónde aferrarse:
«Y, a pesar de todo, hay luz aquí abajo, porque me alegra no ser como tú: un autómata de carne que descarga sus sentimientos de una gran base de datos».
Y cuando todo falla, siempre nos puede salvar la Literatura:
«…buscaba, tembloroso y avergonzado, como el escéptico que cae de rodillas implorando a Dios ante su primera gran desgracia, la solidez de aquellas teclas que siempre conseguían mantenerme a flote…»
Sergio Chesán es, sin duda, un auténtico artista, un mago de las palabras.
Su obra me ha impresionado profundamente porque es auténtica, original, libre y huye de lo convencional o lo políticamente correcto.
Quiero terminar con un fragmento de su poema Naufragio entre teclas:
«Y así aventé mis miserias a un mundo ahíto de dramas que transcurren en un océano carente de islas.
Lancé mi mierda al mar. Como todos.
Solo espero que a alguien sirva de balsa. «
Espero que os animéis a descubrir estos Exilios, y a comentarme vuestra opinión sobre ellos.