Otra vuelta de tuerca es una novela de terror psicológico, que juega con las percepciones del lector.
Su protagonista es una institutriz joven e ingenua, que se muda a una casa aislada para trabajar como tutora de dos huérfanos. Pronto se da cuenta de que los niños son diabólicamente inteligentes y demasiado perfectos. Pero eso no es lo único sospechoso. Porque en esta historia también hay fantasmas… o eso parece.
Lo que más me gusta de Otra vuelta de tuerca es su sutileza.
El autor sugiere muchas cosas sin decirlas claramente, y utiliza los diálogos para dar pequeñas pistas. De hecho, una simple frase: «¡Así es como le gustaban todas!», es el primer giro argumental de la obra. Lo que no se dice también tiene mucha importancia. Por ejemplo, ¿cómo y por qué murió la anterior institutriz? Hay que leer entre líneas, y eso es algo que me gusta mucho.
La estructura de la novela también es interesante.
El libro empieza con una conversación entre varios personajes que no vuelven a aparecer en la obra. El autor solo los utiliza para situar al lector y predisponerlo a favor de la protagonista. Henry James fue muy hábil, porque esta forma de presentar la historia ayuda también a rellenar algunos huecos que la narración deja sin explicar.A continuación encontramos un texto en primera persona, en el que la protagonista, ya mayor, rememora y trata de analizar las experiencias sobrenaturales que experimentó en su juventud.
Esta decisión estilística permite que el mismo personaje tenga dos voces muy distintas.
En algunos párrafos se retrata la arrogancia inconsciente de la juventud:
«Si se hubiera portado mal, habría quedado marcado, y a mí también, de rebote, me habría llegado la marca; habría encontrado la huella, habría sentido la herida y el deshonor. Pero no pude reconstruir nada en absoluto, de manera que, en consecuencia, Miles era un ángel».
En otros momentos habla una mujer mayor y experimentada, que reflexiona sobre sus errores de juventud. El contraste entre ambas voces me parece muy atractivo.
Pero hay un detalle que comparten las dos edades, y es su insistencia en la belleza de los niños. De hecho, hay un momento en el que supuestamente la maldad gana la batalla, y entonces la niña, de repente, se vuelve fea. Es como si la belleza y la inocencia fueran inseparables. Eso me llamó mucho la atención.
En cualquier caso, todo el relato es subjetivo y la narradora no es fiable. ¿Lo que nos cuenta sucedió así de verdad? Yo sigo sin tenerlo claro.
Otra vuelta de tuerca contiene descripciones muy atmosféricas.
Me gusta mucho la primera aparición fantasmal:
«Oigo de nuevo, mientras escribo, el intenso silencio en el que desaparecieron los sonidos de la noche. Los grajos cesaron de graznar en el cielo dorado y la hora amiga perdió, durante aquel minuto indescriptible, toda su voz. Pero no hubo ningún otro cambio en la naturaleza, a no ser que también fuera un cambio que yo lo viera todo con tan extraña nitidez. El oro estaba todavía en el cielo, la claridad en el aire, y el individuo que miraba por encima de las almenas era tan preciso como un cuadro en su marco».
Por todos estos motivos, entiendo la fascinación que esta obra despierta en muchos lectores. Está bien escrita, los personajes infantiles son muy atractivos, la ambientación es correcta (aunque no destaca especialmente), y el misterio se mantiene hasta la última página.
Sin embargo, a mí me ha decepcionado mucho.
Toda la narración se basa en el monólogo interior de la protagonista/narradora, así que lo lógico sería que pudiéramos seguir su proceso mental en todo momento. Por desgracia, eso no ocurre. Por el contrario, en ocasiones el personaje deduce y afirma cosas sobre la personalidad o las motivaciones de los fantasmas que no sabemos de dónde salen. ¿En qué se basa? ¿Dónde y cuándo ha obtenido la información para elaborar esa teoría? Nadie lo explica.
El final de la novela no me ha gustado nada. En parte, porque no acabo de entender cómo y por qué pasa lo que pasa. Por otra parte, la historia termina abruptamente, y deja muchas preguntas sin contestar. Es cierto que gracias al diálogo de la introducción podemos saber qué ocurrió con uno de los personajes; pero eso no explica de qué forma logró escapar, o si sufrió alguna secuela o consecuencia.
Se podría pensar que este desenlace me molesta porque no me gustan los finales abiertos, pero ya os digo que ese no es el motivo. Por ejemplo, Mi prima Rachel tiene un final totalmente ambiguo, y sin embargo me pareció perfecto para esa historia.
Otra crítica, en este caso muy personal y totalmente subjetiva, es que el tramo central de la novela me parece demasiado largo, creo que el desenlace debería haber llegado antes.
Otra vuelta de tuerca es una historia interesante, basada en una muy buena premisa. Entiendo perfectamente por qué tantos lectores y críticos la aplauden, ya que sin duda tiene momentos fascinantes que a mí también me hicieron disfrutar. Y creo que cualquier aspirante a escritor debería analizar esa introducción dialogada, porque me parece magistral.
Pero, por algún motivo, yo no he logrado conectar realmente con esta obra. No he disfrutado con su lectura, así que no puedo recomendarla.
¿Qué opináis vosotros? ¿Habéis leído esta historia? ¿Os apetece darle una oportunidad? Espero vuestros comentarios.
Por hoy me despido con un abrazo para todos. ¡Leed mucho!