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Tras la máscara – Louisa May Alcott

Tras la máscara es un desafío a la sociedad del siglo XIX, una crítica social mordaz e inteligente con una antiheroína como protagonista.

Esta es la historia de una supuesta institutriz, que se incorpora a su nuevo puesto de trabajo. 

Al principio todo parece bastante tópico. La novela está ambientada en la Inglaterra del año 1866; nuestra protagonista, Jean Muir, llega a la casa familiar, todos los personajes se presentan, vemos que hay dos jóvenes caballeros (¿futuros romances?) y una dama rival… Por un momento temí encontrarme ante la enésima versión de Jane Eyre. Por suerte, nada más lejos de la realidad.

Lo más curioso es que Alcott sí que utiliza bastantes clichés, pero lo hace de una forma inteligente.

Por ejemplo, sabemos desde el principio que la señorita Muir quiere ascender socialmente mediante un buen matrimonio. Es más, dos miembros de la familia empiezan a sospechar que tiene malas intenciones ya en el primer capítulo. De esta forma, lo que podría haber resultado aburrido y poco original se transforma en una intriga interesante. De hecho, esa es una de las tramas de la historia: teniendo en cuenta que está constantemente vigilada y tiene muy poca libertad de acción, ¿conseguirá la institutriz convertirse en lady Coventry?

Sin embargo, Tras la máscara es, en realidad, una novela de suspense y su trama principal es el misterioso pasado de la protagonista. Alcott consiguió despertar mi curiosidad mediante insinuaciones, rumores y situaciones ambiguas. Pero lo mejor es que la revelación final me sorprendió, no conseguí averiguar el secreto.

Retrato de una dama, dibujado en blanco y negro.

La creación de personajes es irregular:

Algunos, como la criada espía o la madre de la alumna están apenas esbozados, no llegamos a conocerlos en profundidad porque no influyen en el desarrollo de la historia. En cuanto a los caballeros, ellos están mejor construidos, aunque sus personalidades no son especialmente atractivas. En general, me resultaron muy previsibles, a excepción del giro final de Edward, que no me esperaba.

Mi mayor decepción ha sido la antagonista. Por una parte, reconozco que tiene matices, es mucho más que una mujer celosa. Sin embargo, me molesta que sea tan claramente inferior a la señorita Muir, creo que la historia se merecía un duelo de igual a igual.

La protagonista, sin embargo,  es una auténtica genialidad.

Parece amable, honesta, servicial, buena persona… Quienes desconfían de ella no encuentran pruebas ni argumentos sólidos para justificar su recelo. Pero eso es solo una fachada, la máscara a la alude el título de la obra. Y el contraste con la realidad es brutal, en todos los sentidos.

Jean Muir se rebela contra la misoginia y el clasismo de la época victoriana. Ella está convencida de que tiene el mismo derecho que los nobles a una buena vida, y se niega a considerarse inferior a nadie. Es una superviviente en un entorno hostil, y utiliza todas sus armas para protegerse. En algunos momentos se comporta con crueldad y demuestra un sentido del humor muy negro. Sin embargo, aunque lo parezca, no es una villana. Porque también siente verdadera ternura, agradecimiento y lealtad.

En definitiva, es un personaje complejo, que representa las ideas feministas de la autora y resulta fascinante.

Dos caballeros y una dama charlando de pie, dibujo en blanco y negro.

Los temas que trata Tras la máscara son pocos, pero interesantes. 

Uno de ellos es el daño que producen la inactividad y la dependencia económica. El hermano menor no tiene derecho a gobernar la casa ni a administrar el patrimonio, depende económicamente del primogénito. Tampoco tiene autoridad, ni un oficio, ni una ocupación aunque le sobran la energía y desea hacer algo útil. Es infeliz, a pesar de sus privilegios. Creo que esta crítica es muy acertada.

En esta historia también encontramos un claro homenaje al teatro. Las escenas más bonitas y románticas suceden durante y justo después de una representación teatral. Alcott utiliza las emociones de los actores para hacer avanzar la trama de una forma muy atractiva.

La crítica social también es muy evidente. La autora expone la indefensión de las mujeres, que dependían por completo de su buena reputación. Si un hombre quería hacerles daño (por despecho, celos o cualquier otro motivo), le bastaba con arruinar su buen nombre, y desde ese momento toda la sociedad las repudiaría. Es más, no podrían tener una vida normal.

Cubierta del libro

Esta novela me ha dado ganas de descubrir más textos de Louisa May Alcott. 

Ya sabía que me gustan sus novelas juveniles (sigo emocionándome con Mujercitas) y ahora sé que también disfruto mucho con sus historias oscuras. Estoy deseando que alguna editorial traduzca y publique sus Hospital Sketches, pero mientras tanto creo que me decidiré por Fruitlands, porque ahora quiero conocer alguna de sus obras de no ficción.

En resumen, leer Tras la máscara es un verdadero placer. Encontraréis un texto ingenioso, bien pensado, con una protagonista inolvidable y una ambientación muy atractiva. Además, dÉpoca editorial ha hecho un trabajo exquisito, tanto el texto como las ilustraciones están muy cuidados.

¿Qué opináis vosotros? Si habéis leído esta novela, ¿estáis de acuerdo con lo que digo en mi reseña? Si no la habéis leído, ¿os apetece darle una oportunidad? Espero vuestros comentarios.

Por hoy me despido hasta la próxima entrada. ¡Leed mucho!

 

 

 

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